En la presente publicación
analizaremos el poema de José Watanabe “El lenguado” que forma parte de su
poemario Cosas del cuerpo (1999).
Veremos en el poema la construcción de una cosmovisión a partir de una referencia
de lo corporal y las sensaciones del cuerpo así como la perspectiva de un
animal –perspectiva constante en el poeta, poseedor de un bestiario a lo largo
de toda su obra-. Asimismo, si bien analizaremos los campos figurativos según Arduini,
haremos especial análisis desde la teoría de la metáfora de Lakoff y Johnson.
El
lenguado
Soy
lo gris contra
lo gris. Mi vida
depende de
copiar incansablemente
el color de la
arena,
pero ese truco sutil 5
que me permite
comer y burlar enemigos
me ha
deformado. He perdido la simetría
de los animales
bellos, mis ojos
y mis narices
han virado
hacia un mismo lado del rostro. Soy 10
un pequeño
monstruo invisible
tendido siempre sobre el lecho del
mar.
Las breves
anchovetas que pasan a mi lado
creen que las
devora
una agitación
de arena 15
y los grandes
depredadores me rozan sin percibir
mi miedo. El
miedo circulará siempre en mi cuerpo
como otra
sangre. Mi cuerpo no es mucho. Soy
una palada de
órganos enterrados en la arena
y los bordes
imperceptibles de mi carne 20
no están muy
lejos.
A veces sueño
que me expando
y ondulo como
una llanura, sereno y sin miedo, y más
[grande
que los más
grandes. Yo soy entonces
toda la arena,
todo el vasto fondo marino. 25
Segmentación
Hemos
ubicado cuatros partes:
Primer segmento: “Soy.” El locutor personaje se identifica a sí mismo y define su vida. Desde el primer verso hasta el
cuarto.
Segundo segmento: “Perdida de la simetría de los animales”. Se relata cómo se ha perdido
la simetría natural de los animales y se indica su nueva característica física plana. Desde el verso
cinco hasta el verso hasta “… lado del rostro” del verso diez.
Tercer segmento: “Los otros animales no perciben el miedo que lo conforma”. Esta pérdida
de la simetría lo hace pasar desapercibido ante los demás animales y no
perciben el miedo que realmente lo compone. Desde “Soy…” del verso diez hasta “Mi
cuerpo no es mucho” del verso dieciocho.
Cuarto segmento:
“Soy toda la arena, todo el
fondo marino”. El locutor vuelve sobre sí mismo e identifica que su cuerpo no
se distingue del lugar donde yace, finalmente observa que su cuerpo se extiende
por todo el fondo del mar. Desde “Soy…” del verso dieciocho hasta el final del
poema.
Análisis de los campos figurativos:
Haremos un análisis de los
campos figurativos más importantes dentro del poema, como ya mencionamos nos
abocaremos más a la metáfora desde la teoría de Lakoff y Johnson lo cual
veremos en el siguiente apartado.
En el campo figurativo de la metáfora encontraremos en el
primer segmento una personificación “Soy/ lo gris contra lo gris” que se combina
con una antítesis introduciendo así el campo de esta figura retórica. Al decir
“contra” se introduce la noción de contradicción, por lo cual aquello que conforma
al locutor no solo sería un color -“lo gris”- sino una contradicción de este.[1]
La metáfora por personificación se percibe al notar que el locutor se define con
un color y, más importante aún, con el color gris que daría cuenta de
uniformidad, pero que conjugado con esta antítesis convoca un hálito de
contradicción intenso.
Hacia el tercer segmento ubicaremos en el campo
figurativo de la metáfora y la antítesis los siguientes versos “Soy/ un pequeño monstruo invisible”. De
nuevo vemos la metáfora, pero aquí podemos ubicar una alegoría conformada
–asimismo- por una paradoja. La alegoría se ubica en el afán por definirse como
“pequeño monstruo invisible”, términos que dan cuenta de una forma peculiar, la
suya propia; no obstante, son paradójicas ya que un monstruo no es
convencionalmente pequeño y para que sea monstruoso per se debería ser visible.
En el mismo segmento encontraremos, en el campo
figurativo de la metáfora, un encabalgamiento de metáfora y símil en los versos
“El miedo circulará siempre en mi cuerpo/ como otra sangre.” Primero
observaremos el símil que se presenta de manera mas explícita con la palabra
“como”, este miedo que circula “como” otra sangre. El mismo verbo “circular”
introduce el parecido de ambos elementos, pero es el “como” el que permite la
correlación entre miedo y sangre, entendiendo que el primero no solo circula
como la sangre, sino que así como ella este compone al cuerpo como esencia
orgánica.
Finalmente, en el último segmento encontramos de nuevo la
presencia de dos campos figurativos, el de la metáfora y el de la sinécdoque,
veamos los siguientes versos: “Soy/ una palada de órganos enterrados en la
arena”. La metáfora de nuevo es una alegoría que busca personificar al locutor,
esta se combina con una sinécdoque donde la parte sustituye al todo, para
definirse o referirse a si mismo menciona que es una palada –la alegoría- de
órganos –la sinécdoque- que conforman el cuerpo de este locutor.
De este modo observamos que los campos figurativos
analizados están integrados entre si, la metáfora y la antítesis o la metáfora
y la sinécdoque. Ahora pasaremos a analizar la metáfora desde la teoría de
Lakoff y Johnson ya que encontramos que la visión del mundo del locutor y de su
cuerpo inmediato se construye a partir de dichas metáforas.
Análisis de la metáfora:
En el análisis de la metáfora
a partir de las ideas de Lakoff y Johnson veremos que se encuentran tres tipos:
las ontológicas, las estructurales y las orientacionales. En función de ello
encontraremos predominantes dos tipos de metáforas, las estructurales y las
ontológicas.
Sobre las metáforas estructurales encontraremos que se
tratan de aquellas que buscan construir la identidad, el “yo soy” del locutor a
partir de otros conceptos. Primero veremos que se hace referencia a los versos
que inician el poema “Soy/ lo gris contra lo gris.” Asimismo, se continua
diciendo “Mi vida/ depende de copiar incansablemente/ el color de la
arena”. En la siguiente estrofa dirá:
“He perdido la simetría/ de los animales bellos” y también estarán los versos
que dicen: “Soy/ un pequeño monstruo invisible”. Todos ellos componen
metafóricamente y mediante ideas esta identidad, a diferencia de las metáforas
ontológicas que lo dotan de caracteres más concretos. Sin embargo, dice en el
segmento tercero: “El miedo circulará siempre en mi cuerpo como otra sangre”.
Esta metáfora será también muy importante ya que este miedo resulta
imperceptible para los demás animales y es consecuencia del aspecto físico que
ha adquirido el locutor. Veamos ahora el emparejamiento metafórico:
YO NO SOY PERCIBIDO
Yo soy lo gris
Yo copio el color de la arena
Yo he perdido la simetría de los animales
Yo soy un pequeño monstruo invisible
Yo no soy percibido por mi miedo
En el caso de las metáforas ontológicas encontraremos
aquellas que buscan construir la identidad del locutor a partir de la noción de
objetos o sustancias, como las partes de su cuerpo o aspectos de este. Por ejemplo, veremos en el último segmento
las siguientes metáforas “Soy/ una palada de órganos enterrados en la arena”,
también más adelante dirá “A veces sueño que me expando/ y ondulo como una
llanura”, para llegar a decir: “Yo soy entonces/ toda la arena, todo el vasto
fondo marino”. Aquí lo que se busca, como ya mencionamos, es construir o
definir la identidad de este locutor, pero hacia aquí se refiere, primero, a su
cuerpo y, segundo, al entorno. Pero es importante ver como para poder concluir
en que es “todo el vasto fondo marino” ha pasado identificando a sus órganos
enterrados en la arena y como ha soñado por extenderse en todo el fondo marino
y ser la arena misma, esto indica el modo en que va modulando esta construcción
metafórica. Veamos el emparejamiento de las metáforas:
YO SOY EL FONDO MARINO
Yo soy una palada de órganos enterrados en la arena
Yo sueño que me extiendo
Yo sueño que soy una llanura
Yo soy entonces toda la arena
Por último quisimos conformar
un emparejamiento metafórico combinando los dos ya presentados, dando cuenta
que ambos conforman una sola gran metáfora donde este locutor que ha perdido su
forma física, su simetría animal, se ha vuelto invisible y ahora pasa
desapercibido en el fondo del mar y los demás animales no pueden percibirlo ni
siquiera mediante aquel sentimiento que más lo embarga que es el miedo.
MI MIEDO NO ES PERCIBIDO
Copio el color de la arena
He perdido la simetría
Soy un monstruo invisible
Soy una palada de órganos enterrados en la arena
Locutores:
En los locutores hemos
identificado a un locutor personaje mediante los deícticos “soy” que se vuelven
muy constantes y un alocutario no representado. El poema, como ya hemos visto,
es una incursión en la reflexión de la identidad y cómo el locutor va
construyéndola o va buscando conceptos de su entorno que le ayuden a dar cuenta
de ella. De este modo, el locutor personaje se vuelve protagónico en este poema
ya que esta equipado de una gran carga reflexiva. Se nos comunican las
preocupaciones de un ser en busca de identidad ante la mutación que ella ha
sufrido de modo físico debido a la necesidad de integrarse al espacio.
Cosmovisión:
Como hemos visto, este poema
resulta muy interesante en el aspecto de las metáforas ya que construye grandes
redes conceptuales. Los campos figurativos también se hayan presentes y también
apoyan a la cosmovisión que a continuación anotaremos. Lo que notamos son dos
objetivos, primero una reflexión del individuo –en tanto se trata de un locutor
personaje- que presionado por su entorno ha mutado sus formas y ahora no se
identifica con los de su entorno, ante ello se encuentra inestable en un
espacio en que incluso los demás no lo perciben, de ahí este “me rozan sin
percibir mi miedo”.
Junto a esto y como segundo punto vemos la crítica a una
realidad donde el entorno ha orillado a los individuos a ser marginados, ha
cambiar para poder encajar y aun así no poder pertenecer a este realidad. De
ahí que dice “el miedo circulará siempre en mi cuerpo”, así como: “Soy/ una
palada de órganos enterrados en la arena.” El miedo termina siendo el
sentimiento que reemplaza a la sangre; de ahí el símil, el miedo “como” la
sangre, el miedo es tan esencial como la
sangre para el ser, lo compone y le da vida, lo hace permanecer en ese espacio;
pero a pesar de ello los demás no logran percibirlo. Aunado a esto yace el hecho
de estar enterrado en la arena, copiar la arena y luego ser la arena misma lo
que concluye en: “Yo soy entonces toda la arena, todo el vasto fondo marino”.
De algún modo, se logra integrar a este espacio, pero de manera extensiva, ha
mutado su cuerpo, ha perdido su simetría y ahora es plano –el lenguado
físicamente es un pez que tiene un lado ciego sobre el que se apoyan casi toda
su vida en el fondo marino-, empero ha logrado sumar estos aspectos físicos
para manejar el espacio en el que ahora ya no se siente marginado.
Como vemos, se puede ver una crítica de carga social a
partir de la alegoría del lenguado de como los individuos en la sociedad
atraviesan por este tipo de cambios sociales y buscan acostumbrarse con el fin
de integrarse al entorno. Con el pasar del tiempo lograran la integración, no
siempre placentera pero si conformista. Asimismo encontramos esta referencia a
lo corporal y cómo el miedo también es una cuestión fisiológica y tiene que ver
con la esencia misma del ser, que aunque pueda condenarlo a permanecer siempre
alerta no lo confinará a no integrarse en la dinámica de la era moderna.
[1] Es una metáfora que si bien podremos ver luego desde
Lakoff y Johnson nos pareció pertinente analizarla desde aquí.
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